A la belleza: Muerte.
escrito en la calle Balmaceda,
junto a un mendigo amigo.
Belleza , a las rosas maestras aferrada,
Carmínica como la dulce tristeza.
Tumbo sonido en las galias promesa,
Cuidada de escorpiones, belleza herrada.
Ápteros llegan a los pupitres donde estuve,
En lecciones arrastradas comerán del germen
Vivo que en tus cumbres se ciernen;
Águila que gritó por las alas, y en ella sube.
Casi más plomo, que aire podrido:
En hermosa afinidad de la tierra prolongada,
Cruzada con las manos, cruz de los idos.
Sesguillo que cuando resbala avala
Y goza el silbo del decapitado carcomido
Lejos ya, cerca de los amantes de la nada.
Paulo San Páris.
05-08-06
jueves, 30 de noviembre de 2006
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